martes, 31 de octubre de 2017

Arrepentimiento sincero

Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. 

1 Juan 1:6.

Lectura: 1 Juan 1:5-10.  Versículo del día: 1 Juan 1:6.

MEDITACIÓN DIARIA

El pecado no es más que un estado de indiferencia del hombre hacia Dios. Por más que la persona se crea buena, generosa, amadora del prójimo, haciendo buenas obras, siguiendo ciertos ritos o tradiciones no deja de ser pecadora. La Biblia nos afirma: “pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Todos, absolutamente todos. Solo hubo un justo que fue el Señor Jesucristo quien vino a pagar por nosotros. Aun así reconociendo que somos pecadores, volvemos a caer en pecado. Pero si seguimos pecando deliberadamente quiere decir que no nos importa la salvación dada por el Señor. “Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!” (Romanos 6:15). Si ya conocemos la luz, debemos morir al pecado: “ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6:11). “¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10).
No podemos dejar que el pecado haga huella porque el corazón se va endureciendo y existe el peligro de perder la conciencia del pecado. El arrepentimiento quiere decir que nos duele haber trasgredido a Dios; haber contristado al Espíritu Santo. David cuando reconoció su pecado lloró ante Dios y se quebrantó: “Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado, solo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos”; Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga” (Salmo 51: 3-4 y 12). Si pecamos y estamos arrepentidos sinceramente tenemos la solución: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (v. 9 en la lectura). Estemos velando y orando para apartarnos del pecado.

Amado Señor: Reconocemos que somos pecadores y que aunque deseamos hacer las cosas bien, la naturaleza pecaminosa nos arrastra hacia el pecado. Te pedimos perdón y te rogamos que nos laves y limpies completamente. Gracias Señor porque eres un Dios perdonador y jamás volverás a acordarte de las fallas cometidas cuando nos arrepentimos. Danos como a David un espíritu obediente que nos sostenga. ¡Muchas gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones,

lunes, 30 de octubre de 2017

Desarrollar las tres virtudes orando en el Espíritu

Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna. 
Judas 1:20-21.

Lectura: Judas 1:17-25.  Versículos del día: Judas 1:20-21.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Judas nos exhorta en estos dos versículos, a seguir el amor, la fe y la esperanza. Tres virtudes esenciales en la vida del cristiano, Pero recordemos que el amor es la más excelente de todas (1 Corintios 13:13), porque sin amor no hacemos nada. El amor debe ser la virtud que nos impulse a acrecentar y edificar la fe sobre el cimiento del Señor Jesucristo: “arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó” (Colosenses 2:7). Orando en el Espíritu Santo tal como lo hacía la Iglesia primitiva que andando en la fortaleza del Espíritu seguía creciendo (Hechos 9:31), para gozar de la bendita esperanza de una vida futura que nos espera eternamente a su lado. “Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios… Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado” (Romanos 5:2b y 5).
Somos privilegiados porque nos espera gozar de la gloria de Dios. Gloria a la que todos tenemos acceso pero que no todos la aceptan porque no entienden en verdad lo que fue la obra redentora del Señor Jesucristo, por ese amor de Dios hacia la humanidad. Nos corresponde entonces como privilegiados, desarrollar las tres virtudes orando en todo tiempo en el Espíritu (Efesios 6:18); dando gracias a Dios porque somos sus hijos y porque el Espíritu de su Hijo que mora en nosotros, nos impulsa a llamarle cariñosamente ¡Papito Dios! (Gálatas 4:6). ¡Cómo no agradecer tanta bondad y deferencia regalada!

Amado Papito Dios: muchas gracias por manifestar en cada uno de tus hijos el amor inmenso derramado a través de tu Hijo Jesús en el cual cimentamos nuestra fe, y tener la certeza de la bendita esperanza que nos aguarda de una vida eterna en la patria celestial. Permite que de este mismo modo con el escudo de la fe recibida y con el mismo amor tuyo, nos pongamos los zapatos para proclamar el Evangelio de la salvación. ¡Te amamos Santo Padre, te amamos Santo Hijo y te amamos Santo Espíritu! ¡Nos gozamos y deleitamos en Ti Dios Trino Santo y Poderoso!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 28 de octubre de 2017

Es hora de cambiar para que el '¡Ay!' no te destruya

¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! 
Isaías 5:20.

LECTURA: Isaías 5:8-30.  Versículo del día: Isaías 5:20.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Dura Palabra es esta! Si el hombre entendiera lo que significa un ‘¡Ay!’ para Dios, seguramente sería más precavido y temeroso de su Nombre. Ahora que se han cambiado tanto los valores y el mundo quiere hacer de la libertad un libertinaje y se obliga a aceptar sus ideas, así veamos que son contrarias a la ley natural, hay que sentar nuestra posición. Los países se creen de avanzada si promulgan leyes que aprueben la identidad de género y toda la sociedad impulsada especialmente por los medios de comunicación, quiere ser arrolladora llevando por delante todo lo que tenga que ver con el tema. De este modo los padres de bien tanto de niños como de jóvenes tienen que someterse a ellos sin que éstos sean mayoría. Los ministerios de educación implantan nuevas leyes ‘amparando’ por decirlo esta locura, donde exigen que colegios, escuelas y demás instituciones educativas enseñen y promuevan esta degeneración. Están en contra de la familia y de la Iglesia, donde primordialmente comienza la formación de los niños: “tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas”. ¡Terrible! Pablo lo advierte en 2 Timoteo 3:1-5 aduciendo que serán los últimos días de tiempos bien difíciles por el egoísmo, la avaricia, la desobediencia, la blasfema, el libertinaje y la enemistad de todo lo bueno. Además en su Carta a los romanos hace una amonestación bien fuerte: “Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. Porque Dios pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras” (Romanos 2:5-6).
Es tiempo de volver los ojos a Dios. No te dejes llevar por lo que dice el mundo. Recuerda que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Busca al Señor mientras pueda ser hallado para que no te encuentre haciendo parte de los que se ufanan de la maldad. Entrégale tu vida a Jesús para que perdone tus pecados y le dé un giro total.

Amado Jesús: toma el corazón de la persona que está leyendo este devocional y desea que Tú vengas a ser parte de su vida. Recíbelo en tu regazo y permite que te conozca como Señor y Salvador personal. Perdona todos sus pecados y llévalo por la senda que conduce hacia la vida eterna. Muchas gracias buen Señor.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 27 de octubre de 2017

Vayamos a quien de verdad nos escucha y guarda

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. 
Filipenses 4:6-7.

Lectura: Filipenses 4:1-9.  Versículos del día: Filipenses 4:6-7.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando las cosas no nos salen como lo pensamos nos enojamos, angustiamos y hasta nos deprimimos. Sin embargo, Dios que todo lo ve y calcula, sabe perfectamente por donde conducirnos. Entonces en vez de gastar tanta energía en lo negativo, lo correcto es que vayamos al trono de la gracia, al que es nuestro refugio y fortaleza, al que nunca está ocupado y nos espera con los brazos abiertos: a nuestro buen Padre Celestial. Es a Él a quien tenemos que contarle lo que nos pasa. Recordemos que David a pesar de las dificultades siempre se refugiaba en el Señor. Si tenía furia contra alguien se lo decía francamente y sin temor porque estaba plenamente convencido que Dios lo escuchaba.
Igual sucede con nosotros. El Señor está ahí, no se ha ido; es más, aparte de saber todo lo que estamos viviendo espera que se lo confiemos. Que si tenemos que llorar, lloremos; si gritar que gritemos. Esto es llegar a sus pies con toda oración y ruego; el Señor no nos va a cuestionar por eso; antes le gusta nuestra sinceridad. Además el Señor Jesús dijo que fuéramos a Él cuando estuviéramos cansados y cargados y nos daría descanso (Mateo 11:28). No dudemos en ir a quien de verdad nos dará de su paz y de su amor, guardando nuestros corazones y pensamientos para que no se forme por lo sucedido raíces de dolor y de amargura.

Amado Papito Dios: nos postramos ante Ti para rogarte por esta situación incómoda y trastornadora que se ha presentado. Sabemos buen Señor que ya bajaste tu cabeza hacia nosotros para escucharnos y rodearnos con tu amor y benevolencia. Llévanos de tu mano para proseguir sin perder la paz y el regocijo, cuidando nuestros corazones de iras, resentimientos y odios en Cristo nuestro Salvador. ¡Gracias, muchas gracias bendito Dios Consolador!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 26 de octubre de 2017

¡Regalos asombrosos!

Porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento. 
Romanos 11:29.

Lectura: Romanos 11:25-36.  Versículo del día: Romanos 11:29.

MEDITACIÓN DIARIA

Siempre he tenido el convencimiento que jamás perderé mi salvación y hoy el Señor me lo confirma aún mucho más. Dios no cambia de parecer; siempre es el mismo. Los regalos que nos ha dado no nos los va a quitar nunca como tampoco se olvida de las personas que ha llamado. Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta, lo que ha dicho lo hará y lo que ha hablado lo cumplirá (Números 23:19). De los primeros versículos que aprendí en mi vida cristiana precisamente se referían al don o regalo que Dios me hacía desde el mismo momento en que lo reconocí como mi Señor y Salvador: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios” (Efesios 2:8); y Romanos 6:23 que dice: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (las cursivas son mías). Salvación y vida eterna; ¿qué más puedo pedir?
Ahora qué alegría saber que eso que me dijo hace ya más de cuarenta años es irrevocable. También entiendo más que nunca que todas las cosas por las que he pasado me han ayudado para bien porque precisamente ocurrieron por ser llamada y el Señor cumplir su propósito en mí. ¡Gloria al Señor! Sí, así es: mis devocionales compartidos son prueba de ello. Diré como el apóstol Pablo: “sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14). Soy llamada para vivir siempre a su lado. ¡Es maravillosa su confirmación!

¡Oh Señor mío y Dios mío!: ¡Qué profundas son las riquezas de tu sabiduría y de tu conocimiento! ¡Qué indescifrables tus juicios e impenetrables tus caminos! No habrá nadie que los pueda descifrar porque están dentro de tu soberanía y poder. Solo me resta decir una y mil veces gracias, gracias, muchas gracias mi Señor por esos regalos asombrosos que me has dado sin merecerlos. ¡Te alabo, te bendigo, te doy toda la honra y la gloria porque solamente Tú la mereces!

Un abrazo y bendiciones,


Dora C.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Nos concierne acatar su voluntad

El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor. 
Proverbios 19:21.

Lectura: Proverbios 19:20-29.  Versículo del día: Proverbios 19:21.

MEDITACIÓN DIARIA

En ocasiones no entendemos por qué el Señor no permite que salga avante algo por lo cual  luchamos y no consiente que se cumpla o llegue a feliz término. Recordemos que: “El hombre propone y Dios dispone” (Proverbios 16:1). Podemos pensar que lo proyectado es lo correcto, pero Él que sabe muy bien hacia donde llevarnos, lo hace a un lado o lo arranca de raíz si interfiere con su proyecto. El mismo Señor dice: “Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que deseo” (Isaías 46:10). Así que en su infinita sabiduría, más bien nos tenía tan presente que pensó: ‘por este lado no es y si dejo que prosigas no verás tu propósito realizado’· Al fin de cuentas es el Señor quien dirige los pasos aunque nosotros tracemos el rumbo (Proverbios 16:9).
No podemos ir en contra de los designios de Dios. Todas las cosas que nos suceden ayudan para bien. Entonces más bien demos gracias y alabémoslo porque el Señor nunca hace una cosa por hacernos daño; al revés nos cuida tanto que ve lo que no nos conviene o lo que nos va a alejar del plan que tiene para nuestra vida. Seguro que serán planes de bienestar y no de calamidad. Nos concierne, acatar su voluntad.  

Amado Señor: Gracias porque en tus manos están nuestros tiempos, planes y anhelos. Bien sabes Tú qué es lo más conveniente para nosotros y qué necesitamos en realidad para que tu propósito se cumpla en cada uno de acuerdo a tu santa voluntad. Acatamos tus designios y te agradecemos el estar al tanto de nuestras vidas, así creamos lo contrario. ¡Te alabamos Señor y te damos toda la honra y gloria porque eres el Dios Soberano que dirige todo paso que demos!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 24 de octubre de 2017

Gracias Señor por renovar mis fuerzas

Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

 Isaías 40:30-31.

Lectura: Isaías 40:27-31.  Versículos del día: Isaías 40:30-31.

MEDITACIÓN DIARIA

Hay días en que todo se torna más oscuro y sentimos que las fuerzas ya no dan más. Creo que estoy en uno de esos momentos críticos donde tengo tantas cosas en la cabeza que no logro ponerlas a funcionar; me siento agotada física y mentalmente. Quizá la altura de ciudades como Bogotá ya hace mella en mi cuerpo. Le he orado al Señor diciéndole que traiga a mi memoria su Palabra y me anime a proseguir. Así que me llevó a este capítulo de Isaías donde solo con leerlo nuevamente y recordar lo que dice, inyectó a mis venas un elixir de fortaleza, de arrojo, de seguir adelante sin desfallecer. Algo muy importante fue permitirle al Espíritu Santo me escudriñe y escucharle preguntándome: ¿dónde está tu confianza? Porque a pesar de haber factores climáticos que puedan menguar mi aire; o de sentir que mis fuerzas no son las mismas, el Señor me aclara que esos factores no serían relevantes si tuviera mis ojos fijos en Él. Y sí; me he dejado llevar por los mismos quehaceres y enrollarme en un sinnúmero de diligencias que han desviado mi mirada del Señor. Así que si quiero seguir adelante tengo que poner a funcionar mi fe y saber con certeza que aún los jóvenes se cansan y fatigan, que no es solo cosa mía. Pero si confío en mi Señor, Él me tomará en sus brazos para levantarme y renovar mis fuerzas que me harán volar como las águilas; así corra o camine no me fatigaré ni cansaré.

¡Muchas gracias mi Señor! Gracias porque tu Palabra fue escrita para enseñar y consolar. Gracias porque siempre está a mi alcance para alumbrar mi entendimiento y entender tu camino. En verdad es una lámpara a mis pies que me permite ver con claridad y dirigirme con confianza sabiendo que fortaleces al cansado y levantas al desanimado. Tú nunca me dejarás ni abandonarás. ¡Tú eres mi porción para siempre! ¡Te alabo y te doy toda la honra y la gloria por siempre!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 23 de octubre de 2017

Cuidémonos de lanzar juicio alguno

Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: ¡Que el Señor te reprenda! 
Judas 1:9.

Lectura: Judas 1:1-16.  Versículo del día: Judas 1:9.

MEDITACIÓN DIARIA

Leyendo la Carta del Apóstol Judas entendí lo delicado que es pronunciar un juicio sobre alguna persona. Judas aquí nos habla de los impíos que cambian la gracia por libertinaje y que igual que los ángeles caídos, estos desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales. Sin embargo, es muy clara aquí la Palabra al decirnos que ni siquiera el arcángel Miguel se atrevió a pronunciar contra el diablo un juicio de maldición cuando peleaba con él para quitarle el cuerpo de Moisés, pues dijo: “¡Que el Señor te reprenda!”.
Si esto fue contra el diablo, mucho más tenemos que cuidarnos de lanzarlos sobre el prójimo y menos si son hermanos en la fe. Muy bien nos haría tener en cuenta esta Palabra ya que muy seguido pecamos con nuestros labios juzgando o hablando mal de alguna persona. Recordemos que maldición no es otra cosa que mal decir. Nuestra reacción como cristianos debe ser de bendición (bien decir), así nos traten con insultos o calumnias. Nos corresponde es orar y luchar vigorosamente por la fe que nos une a todos los creyentes en Jesucristo, ya que tenemos en común la salvación (v. 3). En vez de lanzar juicios a diestra y siniestra dejemos en manos del Señor la reprensión y dediquémonos a orar los unos por los otros, y porque los del mundo conozcan a Jesús como Señor y Salvador.

Amado Señor: gracias por instruirnos cada día de acuerdo a la Escritura para que seamos prudentes y nuestra boca solo pronuncie palabras de bendición como es tu deseo. Danos dominio propio para no hablar mal del prójimo y dejar en tus manos toda reprensión. ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 21 de octubre de 2017

Pecados de idolatría y orgullo van de la mano

Un día vendrá el Señor Todopoderoso contra todos los orgullosos y arrogantes, contra todos los altaneros, para humillarlos.
 Isaías 2:12.

Lectura: Isaías 2:6-22.  Versículo del día: Isaías 2:12.

MEDITACIÓN DIARIA

El orgullo es un pecado en el cual se cae fácilmente. En mi parecer, tanto la idolatría como el orgullo van de la mano. Dios desea que se le adore únicamente a Él y es el mandato dado desde la antigüedad (Éxodo 20:2-6 y Deuteronomio 6:4-5), y más tarde afirmado por el Señor Jesús (Mateo 22:37-38). Mandamiento que se olvida fácilmente. La lectura nos dice que los hombres estarán llenos de astrólogos y adivinos; les interesará más el oro y la plata que su Hacedor. Se harán ídolos de todo y por todo. “Su país está lleno de ídolos;  el pueblo adora la obra de sus manos, lo que han hecho con sus propios dedos” (vv. 6-8). Es que el hombre al adorar sus bienes y riquezas fácilmente se olvida de Dios y este pecado lo lleva directamente a otro igual o peor que es el orgullo. El Señor aborrece tanto el orgullo como la idolatría e infortunadamente estos dos pecados pululan en la humanidad.
Por esto, la ira de Dios llegará y no habrá sitio para esconderse. Miremos el texto directamente: “La altivez del hombre será abatida, y la arrogancia humana será humillada. En aquel día solo el Señor será exaltado, y los ídolos desaparecerán por completo. Los hombres se meterán en las cuevas de las rocas, y en las grietas del suelo, ante el terror del Señor y el esplendor de su majestad, cuando él se levante para hacer temblar la tierra” (vv. 17-19 en la lectura).
Todas las vanaglorias del mundo no nos conducen sino al lago de fuego. Como conclusión a través de Isaías el Señor nos exhorta a lo siguiente: “¡Dejen de confiar en el hombre, que es muy poco lo que vale! ¡Su vida es un soplo nada más!” (v. 22).

Amado Señor: Te pedimos perdón por las veces que hemos caído en idolatría y orgullo. Permite que en nuestro corazón solo halle cabida la adoración plena hacia Ti. Aléjanos por favor de ídolos como las riquezas y obras de las manos que solo nos llevan a contagiarnos de orgullo y arrogancia. Gracias porque eres un Dios misericordioso y confiamos en tu perdón. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 20 de octubre de 2017

No podemos desconocer el tronco natural

Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. 
Romanos 11:17.

Lectura: Romanos 11:11-24.  Versículo del día: Romanos 11:17.

MEDITACIÓN DIARIA

Un injerto es la unión de dos plantas diferentes pero genéticamente compatibles para que crezcan como un solo organismo. Los gentiles estamos unidos a la familia de Abraham ya que fuimos injertados en el mismo tronco. El rechazo del pueblo judío se convirtió en bendición para los gentiles pero esto no quiere decir que ahora vayamos a sustituirlos a ellos o nos creamos mejor porque ese pueblo sigue siendo importante para Dios: “Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y, si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti” (v. 18). Siendo el Señor Jesucristo judío, conocía muy bien las Escrituras del Antiguo Testamento y durante su ministerio hacia referencia a pasajes de ella. De igual modo nos toca a nosotros como gentiles cristianos, alimentarnos de esa raíz escrita hace miles de años.
La Iglesia cristiana no puede ser ajena a esta verdad. Ahora somos parte viviente del Israel de Dios y damos fruto igual o de sabor variado. Nos unen lazos muy profundos y todo lo que concierne con ellos nos afecta también. No podemos quitar de la Biblia el mandato de orar siempre por la paz de Jerusalén e incluso hay una promesa al hacerlo: seremos prosperados (Salmo 122:6-7).

Amado Dios: gracias por ahora entender que somos injertos adheridos al tronco y que Tú eres el Agricultor que estás pendiente de ese árbol completo. No podemos pedirte que dejes de lado el olivo natural porque en tus planes, él juega un papel importante. Permite más bien Señor que demos apreciados frutos que redunden en crecimiento del reino tuyo y te sientas enorgullecido de la obra realizada al unirnos y permitir que su savia nos alimentara. Oramos igualmente por Israel y la paz de Jerusalén. Sea la paz dentro de sus muros y el descanso dentro de sus palacios. ¡Bendito eres Dios Eterno y Soberano! ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 19 de octubre de 2017

Que tú seas parte de los que le adoren

En los últimos días, el monte de la casa del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas, y hacia él confluirán todas las naciones.
 Isaías 2:2.

Lectura: Isaías 2:1-5.  Versículo del día: Isaías 2:2.

MEDITACIÓN DIARIA

“Muchos pueblos vendrán y dirán: ¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob!, para que nos enseñe sus caminos y andemos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor” (v. 3). Profecía para Judá, pero también para nosotros puesto que ahora somos su pueblo (1 Pedro 2:9), y en verdad fue de la tribu de Judá que vino el Mesías no solamente a liberarlos a ellos sino promesa y profecía para toda la humanidad. Porque así está escrito a través de los profetas y del Apocalipsis: todas las naciones vendrán y adorarán al Señor (Apocalipsis 15:4); También el Señor dice que semana tras semana y mes tras mes, todos los hombres irán a postrarse delante de Él y se contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron.  (Isaías 66:23-24), ¡dura Palabra es esta! Por ahora poco caso se le hace, pero si está escrito, así será. Todas las naciones vendrán: unos arrepentidos, otros no. Entendamos que Dios es grande y perdonador. Él nos perdonará de todo pecado siempre y cuando reconozcamos en su Hijo Jesús de Nazaret, al Salvador. Todos necesitamos su ayuda para ser lavados con la sangre del Cordero inmolado, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), y tener parte en la vida eterna.
Mi deseo es que tú seas de los que le adorarán y este es el más fuerte propósito de mis devocionales. Oro para que todos los que lo lean o sigan, si no han conocido al Señor Jesucristo como su Salvador personal, lo puedan encontrar en mis mensajes escritos diariamente. No es un reto, es el consejo más profundo que sale de mi corazón sincero para que voltees los ojos hacia el Dios clemente y perdonador, por lo cual te invito a orar así:

Amado Dios: Gracias por permitirme encontrar este devocional y entender que quiero ser parte de los que te adoren. Reconozco en Jesús a tu Hijo amado que vino a rescatarme del fuego eterno y a darme nueva vida. Gracias Jesús por morir en mi lugar. Ven a mi vida como Señor y Salvador; perdona mis pecados y llévame de tu mano por siempre. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 18 de octubre de 2017

El Señor nuestra torre segura

Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo. 
Proverbios 18:10.

Lectura: Proverbios 18:1-24.

MEDITACIÓN DIARIA

La vida está llena de dificultades. Con el pecado entró al mundo la muerte tanto física como espiritual; esto quiere decir que hasta que nos llegue la perfección completa a través del Señor Jesucristo, vamos a lidiar con toda clase de problemas, sean fuertes o livianos, pero al fin de cuenta problemas. Ante la dureza de la vida, tenemos la torre fuerte que es el Señor. Es ahí a donde tenemos que llegar. Su Nombre es Santo; el Dios que no acompaña y libra de dificultades. Me cuesta entender, cómo vivir sin el Señor a nuestro lado; gracias a Dios lo tenemos cerca para hallar en Él, el consuelo y la paz que tan frecuentemente se nos va. Puedo dar testimonio de ello ya que en ocasiones al caminar por calles solitarias y oscuras, pronuncio su Nombre y el enemigo no se acerca: el Señor corre en mi ayuda.
¿Hay desilusión, angustia, depresión, enfermedad, escasez, temor? Busquemos la torre fuerte donde podemos ir a refugiarnos y ponernos a salvo. Recordemos al rey David que conociendo muy bien las montañas y laderas de su región se escondía de los ataques de Saúl, aun así en momentos de terrible angustia, lo que hacía era cogerse fuertemente del Señor. Sabía que el Señor era su más alto escondite, su refugio seguro: “El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias” (Salmo 28:7). Recurre al Señor y refúgiate en sus brazos. Él no solamente habita en lo alto y sublime sino también en el de espíritu quebrantado y humilde que se rinde a sus pies (Isaías 57:15).

Amado Señor: te damos gracias por tu bondad y misericordia; por estar siempre listo a tendernos tu mano prodigiosa para levantarnos y continuar. Gracias buen Dios por tu fidelidad; aun nosotros sin merecerla, Tú no cambias. Eres nuestro Libertador y refugio seguro. ¡Te amamos y bendecimos tu Nombre por siempre y para siempre!

Un abrazo y bendiciones.                                                                                                                                                        





                                                                                        

martes, 17 de octubre de 2017

Mi Dios sin igual

¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios. 
2 Samuel 7:22.

Lectura: 2 Samuel 7:18-29.  Versículo del día: 2 Samuel 7:22.

MEDITACIÓN DIARIA

Cada nuevo día es una nueva experiencia. El Señor no deja de asombrarnos guiándonos por el camino que Él sabe que es el correcto y que no nos va a hacer daño. Nos lleva tan asombrosamente de su mano que a veces nos da temor lanzarnos al agua por aquello de lo mismo que vemos en el mundo. Se nos olvida en quién hemos creído; pero el Señor una vez más nos reconforta con sus mensajes como: ‘no tengas miedo’, ‘yo estoy contigo por donde quiera que vayas’; ‘no te desanimes, que yo soy tu Dios’. Tuve que tomar una decisión respecto a un negocio y le había pedido mucha dirección al Señor, cuando me confirmó a través de su Palabra: ‘yo tengo para ti planes de bienestar y no de calamidad, a fin de ofrecerte un futuro y una esperanza’. Entendí perfectamente lo que me quería decir y seguí adelante.
Ahora solo puedo alabarle y darle gracias por ser mi Dios, mi refugio, el Dios que me levanta y me guarda, el Dios que me cubre con su sangre y me libra de todo mal. “¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios”. Sí, ha sido una enseñanza para todos y nuevamente un testimonio para honrarle y adorarle como se merece.

Bendito Señor: Gracias porque tu Palabra se cumple y la confianza en Ti se arraiga cada vez más en mi alma. Sé que eres mi Guía y que todo paso que dé, está fuertemente enraizado a tus planes. No tengo palabras para expresarte mi agradecimiento. Una vez más, me das a conocer tu cuidado y bondad para que los que me rodean entiendan que eres Sobrenatural, el Dios sin igual. ¡Qué grande eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.                                                                                                                                                                                                                                                                     

lunes, 16 de octubre de 2017

El deseo sincero por el hermano

Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. 
3 Juan 2.
Lectura: 3 Juan 1-15.  Versículo del día: 3 Juan 2.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Qué saludo tan bonito el del apóstol Juan para su hermano en el Señor! Esa frase encierra todo lo que podemos desear para un ser querido. Un claro ejemplo de orar con sinceridad para que a los nuestros les vaya  bien en todo lo que emprendan demostrándoles sin envidias ni egoísmos cuánto deseamos que triunfen en las cosas materiales. Esto es muy importante porque la envidia reina incluso en las relaciones cristianas y muchas veces entre los mismos cristianos, en vez de regocijarse en la prosperidad del hermano se siente envidia y celos como cuestionando a Dios: ¿Por qué a él y no a mí? Por otro lado sin olvidar orar por el bienestar físico del cuerpo que tanto se necesita; así como el expresar que anhelamos, esa persona siga creciendo espiritualmente. Es que si vemos lo que es prosperidad, nos damos cuenta que en realidad es un compendio. La prosperidad es bonanza, felicidad, dicha y dicha es bienaventurado. El bienaventurado goza de la bendición completa.
Así que siguiendo el ejemplo del apóstol Juan, es la oración que abarca la prosperidad en todas las áreas de la vida; material, física y espiritual ansiando un equilibrio entre ellas para no dejar ningún campo abierto al enemigo. Acostumbrémonos a hacer lo mismo.  “Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, como es justo, porque su fe se acrecienta cada vez más, y en cada uno de ustedes sigue abundando el amor hacia los otros” (2 Tesalonicenses 1:3).

Amado Señor: Oramos para que el amor verdadero nos distinga del mundo. Pon en nuestros corazones el orar dándote gracias especialmente por los hermanos en la fe, pero sin dejar a un lado a amigos y conocidos que también necesitan que ante todo se les demuestre el amor tuyo reflejado en nosotros. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 14 de octubre de 2017

No importa volver a insistir

Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 
Romanos 10:8c-9.

Lectura: Romanos 10:1-21.  Versículos del día: Romanos 10:8c-9.

MEDITACIÓN DIARIA

Al pueblo de Israel más exactamente a los judíos, les cuesta aceptar a Jesús como el Mesías; su justicia se basa en la ley. “De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia” (v. 4). La justicia basada en la fe es la que salva. “¿Qué afirma entonces? La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón” (v. 8ab). Es tan clara aquí la Escritura que no hay derecho a malinterpretar el pasaje. Sin embargo, el enemigo que siempre está asolando y mintiendo hace creer otras cosas. Pero miremos lo que sigue: “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (v. 10).
Es así de sencillo y sin razón alguna cuesta hablarle y decirle sinceramente a Jesús que Él es el Señor, muerto y resucitado por Dios. Yo sigo insistiendo, persistiendo y no voy a desistir en este mensaje de salvación porque de lo contrario estaría desobedeciendo a la voz del Espíritu Santo que me insta a repicarlo una y otra vez. También dice la Escritura: “Por eso, Dios volvió a fijar un día, que es «hoy», cuando mucho después declaró por medio de David lo que ya se ha mencionado: Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón” (Hebreos 4:7).
El día de salvación para ti es ‘hoy’; no hay vuelta de hoja. Esta Palabra es para ti y de todo corazón te ruego que la escuches y aceptes de parte de Dios. Te persuado a orarle a Jesús:

Señor Jesús: yo confieso con mi boca y creo en mi corazón que eres el Hijo de Dios que viniste a morir por mis pecados y que fuiste levantado de entre los muertos. Te pido perdón por mis pecados y te acepto en mi vida como Señor y Salvador personal. Gracias te doy por hacerme entender esta verdad. ¡Bendito eres por siempre!  

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 13 de octubre de 2017

Nuevamente un llamado al arrepentimiento

¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal! 17     ¡Aprendan a hacer el bien!”. 
Isaías 1:16-17.

Lectura: Isaías 1:1-20.  Versículos del día: Isaías 1:16-17.

MEDITACIÓN DIARIA

Una vez más el Señor hace un llamado al arrepentimiento. Y es que desde todos los ángulos eso es lo que se está predicando en diferentes partes entendiendo que los tiempos están muy difíciles y se cree por las señales que el regreso del Señor Jesús está muy cerca. Dios no quiere que nadie perezca y por eso tiene paciencia esperando a que los del mundo vuelvan a Él (2 Pedro3:9). “Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!” (v. 18 en la lectura). ¡Misericordia divina! ¡De qué manera el Señor nos perdona! Él ofrece una blancura total si hay arrepentimiento sincero.  
“¿Están ustedes dispuestos a obedecer? ¡Comerán lo mejor de la tierra! ¿Se niegan y se rebelan? ¡Serán devorados por la espada! El Señor mismo lo ha dicho” (vv. 19-20). Hay una promesa si se obedece pero también vemos que la Palabra de Dios es más cortante que toda espada de dos filos y que penetra hasta lo profundo. Yo deseo amigo lector que si estás leyendo este devocional, esta Palabra compartida quede impregnada en tu corazón y te motive a lavarte para quedar limpio y reluciente delante de Dios. Si es tu voluntad te invito a orar así:

Señor amado: Hoy reconozco que soy pecador y necesito lavarme completamente para poderme presentar ante Ti. Gracias por el llamado que me haces al arrepentimiento y gozar de la bendición que me ofreces. Gracias Jesús por morir en mi lugar; ven a mi vida y sé mi Señor y Salvador personal. Amén.

Un abrazo y bendiciones.


jueves, 12 de octubre de 2017

Dos regalos maravillosos que nos engrandecen

La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. 
Proverbios 17:6.

Lectura: Proverbios 17:1-14.  Versículo del día: Proverbios 17:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Observemos dos regalos maravillosos con los que Dios exalta a los padres en su vejez. Primero digamos que una corona se obtiene porque se gana y se usa como adorno; es insignia honorífica que da distinción y por lo tanto produce alegría. Eso son los nietos para los abuelos. Dios en su infinito amor permite que ellos vengan a adornar nuestras vidas regalándonos un nuevo aire en los ya, por lo general años dorados. Ellos son la condecoración con que Dios nos engalana  concediéndonos honor y distinción por la labor que hemos realizado a lo largo de los años con los hijos. Y los hijos a su vez, también retribuyen su amor hacia los padres honrándolos con un sentimiento de satisfacción y de admiración por esa misión cumplida que también nos enaltece.
¡Dios es espectacular, nada se le escapa! Cómo entiende que nosotros necesitamos esos dos alicientes cuando ya hemos recorrido gran parte del camino y queremos sentarnos a la vera para un poco de sosiego. Cómo sabe que estamos exhaustos, agotados y cansados y que solo basta una sonrisa picarona para reconfortarnos y levantarnos nuevamente. Cada risa, cada travesura, cada media palabra, cada gesto, cada pico enviado son las piedras preciosas de esa hermosa corona que nos hace erguir nuevamente la cara y decir: ¡gracias; gracias por los unos y los otros!

Sí Padre amado, muchas gracias por nuestros nietos; por su dulzura, su ternura, su ingenuidad y travesuras. Gracias igual por nuestros hijitos; son el baluarte que has colocado para sostenernos. Ellos son dos regalos que nos engrandecen y nos hacen proseguir. ¡Tú eres especial Padre, sabes darnos lo que en verdad necesitamos! ¡Aleluya por siempre a Ti!

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Vencedores y con derecho a la patria celestial

¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 
1 Juan 5:4.
Lectura: 1 Juan 5:1-15.  Versículo del día: 1 Juan 5:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Nuestra fe en Jesucristo nos hace vencer al mundo y si hemos creído en Él somos más que vencedores (Romanos 8:37); y lo somos cuando confesamos a Cristo como Señor y Salvador de nuestras vidas (Romanos 10:9). Esta es la manera de hacernos hijos de Dios porque hay que distinguir en que todos somos criaturas de Dios pero no todos hijos; nos convertimos en hijos al recibir a Jesucristo y creer en Él (Juan 1:12). Por eso nos dice el mismo Señor Jesús: “quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”; “Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—” (Juan 3:3; 5). Y “El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad” (v. 6 en la lectura). El testimonio de Dios es el que vale mucho más acerca de su Hijo; aquí vemos al lado del testimonio la promesa: “Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” (vv. 11-12).
Como cristianos tenemos la certeza de que Cristo mora en nuestras vidas desde el mismo momento en que lo invitamos a entrar, dándonos la convicción de ser vencedores y la promesa de la vida eterna. Agradezcamos a Dios por habernos regalado ya  estas bendiciones.

 Amado Dios: te damos gracias porque al enviar a tu Hijo Jesús y creer en Él nos das el derecho a gozar eternamente a tu lado. Gracias Señor Jesús por morir en nuestro lugar y hacernos Contigo más que vencedores en este paso por el mundo. ¡Te amamos Padre Santo, Te amamos Glorioso Señor Jesús, te amamos Precioso Espíritu Santo! ¡Aleluya, Aleluya!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 10 de octubre de 2017

Su soberanía es incuestionable

¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: ¿Por qué me hiciste así? 
Romanos 9:20.

Lectura: Romanos 9:1-29.  Versículo del día: Romanos 9:20.

MEDITACIÓN DIARIA

No podemos olvidar que Dios es Dios y nosotros simplemente sus súbditos. Él nos creó, no nosotros a Él. Tenemos que reconocer su soberanía y si le place endurecer el corazón de una persona como lo hizo con el faraón, o ablandarlo a su antojo, ¿quiénes somos para impedirlo? Y si quiere dar a conocer su poder y fuerza para manifestar sus gloriosas riquezas, lo hace sin pedirle permiso a nadie (vv. 17-18 y 22-23). De esta manera Dios quiso hacer de los gentiles también su pueblo; por eso está escrito en Oseas: “Llamaré mi pueblo a los que no son mi pueblo; y llamaré mi amada a la que no es mi amada. Y sucederá que en el mismo lugar donde se les dijo: Ustedes no son mi pueblo, serán llamados hijos del Dios viviente” (vv. 25-26). Igual que en Isaías se afirma que solo el remanente de Israel será salvo (vv. 27-28). Y si a Dios le satisfizo hacerlo así, nadie tiene derecho a cuestionar sus decisiones porque su soberanía es indiscutible.
Ahora que nos damos cuenta del amor y la misericordia que ha tenido Dios con los gentiles debemos es honrarlo y adorarlo por tenernos entre sus escogidos; por llamarnos ‘pueblo mío’. Tú y yo  somos bendecidos porque a Dios le agradó hacernos sus hijos. Respondámosle como lo merece un padre y mucho más porque Él es el Padre perfecto.

Amado Dios: Gracias por tenernos dentro de los partícipes del reino tuyo. Gracias porque tu soberanía es incuestionable y los tropiezos y problemas son para glorificar tu Nombre; yo doy fe de que así es. ¡Gracias, muchas gracias buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 9 de octubre de 2017

Especialmente por mi hijita

Yo te di tierra que no habías trabajado y ciudades que no construiste, en las cuales vives ahora. Te di viñedos y huertos de olivos como alimento, aunque tú no los plantaste. Por lo tanto, teme al Señor y sírvelo con todo el corazón… Sirve únicamente al Señor”. 
Josué 24:13-14.

Lectura: Josué 24:1-28.  Versículos del día: Josué 24:13-14.

MEDITACIÓN DIARIA

Le he pedido al Señor dirección acerca del futuro de mi hijita y me llevó a Josué donde él como líder tiene que exhortar al pueblo a seguir al Señor. Creo que esto también nos pasa con los nuestros. Llega un momento en que el Señor nos dice: haz esto o aquello e indúcelos a continuar en  el temor a Dios. Efesios 6:4 nos enseña: “Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor”.  En otras versiones: “criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Criar hijos no es tarea fácil. Encontré que criarlos es llevarlos desde el vientre hasta la madurez proveyendo para ellos el sustento, afecto y entrenamiento para toda la vida; y que la amonestación cristianamente es fijar verdades divinas en la mente de los hijos por medio de la enseñanza (Alianza Evangélica).
No podemos dejar a medias la tarea encomendada. Respecto a mi niña, de mutuo acuerdo con mi esposo le proveeremos lo necesario hasta que se levante financieramente amonestándola en el temor del Señor. Como madre me pongo en el papel de  Josúe para hablarle: “Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor” (v. 15 en la lectura). Hay muchos ídolos que vamos haciendo a medida que crecemos, pero llega el momento en que el Señor nos hace ver con su Palabra que hemos fallado. Esto le pasa a nuestros hijos y es deber hacerles entender que no es el camino ni lo que Dios espera. De igual modo es hora de decidir con franqueza a quién serviremos y esta verdad es la que deseo de corazón que mi hijita analice.
Quise compartirles esto en mi devocional puesto que con la guía del Espíritu Santo ha sido mi enseñanza hoy: primero es parte de mi vida y segundo, puede alguno de ustedes estar en la misma situación.

Amado Dios: gracias por tu Palabra que siempre está ahí lista a guiarnos por el camino que deseas, continuemos. Gracias te doy en especial por mis hijitos y pongo en tus manos una vez más la vida de Sarita para que seas Tú mismo enamorándola y atrayéndola cada día a tus brazos. Te la entrego: consiéntela y arrúllala por mí. Que cuando esté triste y sola la abraces y rodees con tu amor. Enjuga cada lágrima que brote de sus ojos con tu mano entrañable. Levántala cuando esté caída; pero ante todo buen Dios, te ruego que tu Palabra sea sembrada fuertemente sirviéndote con todo su corazón. Muchas, muchas gracias Padre mío por escuchar mi oración. Te alabo y te bendigo dándote toda la honra y gloria que mereces.

Un abrazo y bendiciones.