lunes, 30 de noviembre de 2015

Sé que es parte de su propósito en mí




En el curso de mi vida acabó Dios con mis fuerzas; me redujo los días. Por eso dije: No me lleves, Dios mío, a la mitad de mi vida; tú permaneces por todas las generaciones. 
Salmo 102:23-24.


Lectura del día: Salmo 102:1-28.  Versículos del día: Salmo 102:23-24.

MEDITACIÓN DIARIA

A veces sucede que necesitamos de cosas fuertes para también reaccionar y motivarnos a revisar nuestras vidas. Cuando fui diagnosticada con cáncer de seno, también sentí que mis fuerzas fallaban y en un momento de quebrantamiento le dije al Señor algo parecido a lo dicho por el salmista. Y el Señor que es clemente y compasivo tuvo piedad de mí y me levantó nuevamente con un propósito nuevo desde ese día, aunque todavía no estoy segura de sí es este únicamente o me tiene algo preparado diferente, que aún no alcanzo a vislumbrar.
Yo recuerdo haberle dicho al Señor que no me llevara todavía, que no había hecho nada por Él y no quería llegar con las manos vacías. Que me indicara qué podía hacer por Él, y el Espíritu Santo me abrió los ojos para que entendiera que si Dios me había dado el talento de escribir era primero que todo para glorificar su Nombre. Desde esa fecha, el 11 de agosto de 2008, comencé a escribir mis devocionales y enviarlos a mis contactos que han accedido a recibirlos. Más adelante, mi hijo Daniel Andrés me ayudó a crear un blog donde diariamente los subo. He recibido muchos mensajes de personas que leen el blog, y he sabido de otras tantas que lo reciben por e-mail y a su vez lo reenvían. Le doy toda la gloria y honra al Señor por haberme permitido vivir más tiempo, por haberme sanado completamente de mi cáncer y por darme el denuedo para siempre escribir mis devocionales. Las veces que no lo hecho han sido por cuestiones de salud y en realidad muy pocas.
No me canso ni me cansaré de contar mi testimonio porque sé que si el Señor me brindó más años aquí en la tierra y me miró con ojos de ternura, fue para que yo hablara de sus proezas y nunca dejara de adorarle como mi gran Dios, Señor, Salvador y Redentor de mi vida. “Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta, para que te cante y te glorifique, y no me quede callado. ¡Señor mi Dios, siempre te daré gracias!”. (Salmo 30:11-12).

¡Sí Amado Señor! Siempre te daré gracias porque me has mirado con ojos de amor. Porque en mi angustia me tendiste tus brazos rodeándome de tu calor, abrigo y salud. Porque cada día que pasa es un tic recordándome tu grandeza, poder y majestad. Definitivamente ni un solo cabello de mi cabeza caerá sin que Tú lo decidas. Es maravilloso conocerte y saber que eres el Rey por excelencia, el Todopoderoso, el Gran Yo soy. ¡Te amo mi Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Hay que buscar al Señor con arrepentimiento sincero




Así que le dijo al viñador: Mira, ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado nada. ¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terreno? 
Lucas 13:7.


Lectura: Lucas 13:6-9.  Versículo del día: Lucas 13:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta es la parábola de la higuera plantada en el viñedo y que llevaba tres años sin dar fruto. El dueño le dice al viñador que por lo tanto hay que cortarla. Sin embargo, miremos la respuesta del viñador: “Señor —le contestó el viñador—, déjela todavía por un año más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono.  Así tal vez en adelante dé fruto; si no, córtela” (vv. 8-9).
Entiendo que el dueño del viñedo es Dios Padre y el viñador, el Señor Jesucristo quien estuvo por tres años ejerciendo su ministerio y sin embargo muchos no quisieron escucharle. Por lo general los grandes eruditos de la Biblia dicen que siempre que se hable de la higuera corresponde al pueblo de Israel; puede ser, pero también considero que se refiere a tantos que se les lleva el Evangelio de las Buenas Nuevas y no lo aceptan. Pero es tanta la compasión y misericordia del Señor por nosotros, que le pide al Padre un tiempo más donde abonaría el terreno para ver si por fin le aceptaban y se arrepentían. Juan el Bautista exhortó sobre esto: “Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento” (Lucas 3:8). Es que no es simplemente como se cree de que: ‘peco, confieso y empato’. El arrepentimiento va mucho más allá: es cambiar totalmente la manera de pensar; cambiar la mente para que se produzca un cambio también total en la conducta.
El Señor es lento para la ira y grande en amor pero no hay que abusar; nadie sabe en qué momento se le pedirán cuentas. Así que es mejor desde ahora, buscar al Señor de todo corazón con frutos que demuestren que sí hay arrepentimiento sincero.

Amado Señor: Nosotros somos tus mensajeros aquí en la tierra; permite que también seamos obedientes en ir hacia los incrédulos y contribuyamos a abonar el terreno para que la salvación también los alcance y se arrepientan, aceptando lo que tú hiciste por ellos en la cruz del Calvario. ¡Gracias por tu misericordia buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Empecemos por controlar la lengua




Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón. 
Salmo 101:2b.


Lectura: Salmo 101:1-8.  Versículo del día: Salmo 101:2b.

MEDITACIÓN DIARIA

David nos muestra aquí en este Salmo que deseaba dar amor pero también ser justo (v.1). Igual anhelaba ser íntegro empezando por serlo en su propia casa. Para eso más adelante dice que no estará en sus metas nada perverso; se alejará de gente desleal y no admitirá la calumnia, los ojos altivos o el corazón soberbio. Quiere convivir solo con los de coducta intachable y bajo su techo no habitará el que practique el engaño ni el que hable con falsedad (vv. 3-7). Todo lo de letra cursiva tiene que ver con la lengua.
Cada uno de nosotros deberíamos buscar siempre la integridad. Seguramente en algunas cosas o áreas somos rectos, pero cuántas veces escuchamos hablar más de lo correcto o sobre determinada persona, y en vez de alejarnos de ahí o refutar lo dicho, seguimos la corriente y nos dejamos llevar por el chisme que en últimas se convierte casi siempre en calumnia. Considero que la lengua que se mueve tanto, es clave para que nos fijemos si en verdad estamos buscando ser íntegros en nuestra vida. El apóstol Santiago exhorta claramente sobre esto: “Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo” (Santiago 3:2).
Pidámosle al Señor sabiduría para hablar. Midamos las palabras y aprendamos sensatez y prudencia; recuerdo que un devocional de mi Biblia lo llama ‘poner a dieta las palabras’. Creo que tenemos que empezar por eso, si en verdad queremos ser íntegros.

Amado Señor: Sí hemos querido ser íntegros ante Ti, pero hoy venimos a pedirte perdón porque aún fallamos y a veces  hemos sido necios escuchando y aprobando a los falsos y a los habladores. Enséñanos Señor a alejarnos de toda conversación que no sea para dar fruto bueno y a la vez pon un freno en nuestra lengua que no nos deje avanzar en las habladurías. Gracias porque al aprender a controlar nuestras palabras, estamos aprendiendo a llegar a la integridad y de esa manera queremos honrarte. ¡Te alabamos y te bendecimos buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.