Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.2 Corintios 3:6.
Lectura diaria: 2 Corintios
3:1-18. Versículo principal: 2 Corintios 3:6.
REFLEXIÓN
“Servidores de un nuevo pacto”. El Señor nos ha ejercitado de tal modo que
por medio del Espíritu nos enseña y guía para anunciar a otros su mensaje: las
buenas nuevas de salvación. Ya todo lo
de atrás quedó obsoleto y viejo como nos lo dice Hebreos 8:13. Como servidores de Cristo estamos llamados a
dar a conocer ese nuevo pacto: “De la misma manera tomó la copa después de la
cena y dijo: –esta copa es el nuevo pacto de mi sangre, que es derramada por
ustedes” (Lucas 22:20). Ya nadie será
salvo por sus obras, sacrificios, liturgias, filosofías ni ningún otro medio
que no sea el de reconocer que su bendita sangre nos limpia de todo
pecado. Y como testimonio, cada vez que
tomamos la cena, proclamamos su muerte hasta que Él venga (1 Corintios 11:26).
No somos más que hijos del legado
“una carta de Cristo”, dejado por Pablo donde su enseñanza ya no tuvo que
esculpirse en piedra alguna, sino en los corazones con el Espíritu del Dios
viviente, precisamente para que entendamos que nuestra sabiduría no es humana
sino que viene de parte de Dios (vv. 3-5).
Esto nos hace acreedores de una esperanza nueva que jamás se extingue ni
se termina (la gloria futura), de manera que no necesitamos ponernos el velo
como lo hacía Moisés ante el pueblo de Israel. Aunque hay algunos que quisieran volver a lo
pactado antiguamente y aun tienen puesto ese velo (vv. 12-15), que les impide reconocer
el Cristo muerto y resucitado como el Salvador del mundo. “Pero cada vez que
alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado” (v. 16).
“Ahora, al morir a lo que nos
tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el
nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento
escrito (Romanos 7:6). Sí, si tenemos al
Espíritu que vivifica, entonces somos libres porque “donde está el Espíritu del
Señor, allí hay libertad” (v. 17 en la lectura). Con ese Espíritu de libertad es que nos
tenemos que levantar y proclamar el mensaje del nuevo pacto. No vamos a hablar por nuestra cuenta sino que
tenemos la confianza que nos da Cristo a través de su Espíritu, para ser sus
servidores de ese nueva alianza.
Señor: Permite que tu Espíritu
nos capacite cada día mejor para llevar a otros tus palabras que son espíritu y vida y
entiendan que existe un nuevo mensaje que les permitirá quitarse el velo que
cubre sus ojos y ver la salvación ofrecida por ti a toda la humanidad.
Un abrazo y bendiciones.