miércoles, 23 de junio de 2010

No imponer cargas

El problema era que algunos hermanos se habían infiltrado entre nosotros para coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de esclavizarnos.
Gálatas 2:4.


Lectura diaria: Gálatas 2:1-5. Versículo del día: Gálatas 2.4.

ENSEÑANZA

Desafortunadamente no sólo son los hermanos los que en muchas ocasiones imponen cargas a los otros miembros de la comunidad, sino que también lo vemos en pastores y líderes refanáticos que consideran mejor esclavizar a los fieles, que predicar un Evangelio acorde e íntegro. El Señor Jesús, vino a darnos libertad y por consiguiente no a imponernos cargas que lo único que nos van a dejar son resquebrajos y resentimientos e incluso alejamiento de la verdadera fe. Pablo le señala a Pedro: “Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles a practicar el judaísmo? (Gálatas 2:14). El mismo Señor Jesús les decía a los fariseos que atan cargas pesadas para ponerlas sobre los demás, pero ni ellos mismos estaban dispuestos a mover un dedo para levantarlas ( Mt. 23:4). No creamos que eran situaciones presentadas durante el ministerio del Señor aquí en la tierra o con la Iglesia primitiva. En la actualidad, no se ven prohibiciones como la de la circuncisión, pero si otras que hacen alusión a los largos del cabello, la manera de vestir o el arreglo, especialmente en las mujeres. Todo esto, no sirve de nada. Lo que en realidad le importa a Dios es un corazón limpio y dispuesto a hacer su voluntad; ¿cuántos muchachos de pelo largo e incluso arete no tendrán un corazón con una actitud y vida de verdadero testimonio? Estoy segura que les llevan ventaja a muchos líderes que se paran en los altares pero que sus vidas dejan mucho que desear. Aprendamos con el devocional de hoy a no dar pie para ponerles tropiezo a los demás cristianos. Si en verdad el Señor nos muestra que su proceder no es el correcto, pues con amor y sabiduría exhortémoslos, porque así les hemos ganado terreno a la esclavitud espiritual y de paso a la murmuración.

Un abrazo y bendiciones.

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