viernes, 18 de junio de 2010

La generosidad trae bendición

No seas mezquino sino generoso, y así el Señor tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que emprendas.
Deuteronomio 15:10.


Lectura diaria: Deuteronomio 15:1-11. Versículo del día: Deuteronomio 15:10.

ENSEÑANZA

Dios desea que sus hijos sean ricos y no tengan que pasar necesidades económicas. “Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da para que la poseas como herencia” (Dt. 15:4); nosotros como hijos de Dios y herederos de su promesa debemos conocer hasta dónde llegó su gracia, porque nada se le quedó al Señor por fuera al pensar y morir en una cruz por cada uno: “Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos” (2 Co. 8:9). Apropiémonos de estos dos versículos, sabiendo que el deseo de Dios es empezar a gozar la vida abundante que nos prometió, desde aquí en este mundo terrenal. Una de las maneras para permitir que lleguen las bendiciones financieras es siendo generoso: “El Señor tu Dios te bendecirá, como lo ha prometido, y tú podrás darle prestado a muchas naciones, pero no tendrás que pedir prestado de ninguna” (Dt. 15:6). Y el apóstol Pablo nos lo trae a memoria: “Recuerden esto: el que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará” (2 Co. 9:6). La lección es clara, aprendamos a ser generosos especialmente con los hermanos en la fe y con los nuestros. Es que no solamente es una insinuación, Deuteronomio 15:11b dice: “por eso te ordeno que seas generoso con tus hermanos hebreos y con los pobres y necesitados de tu tierra”. Así no nos guste es una orden. Dios nos se queda con nada guardado, su Palabra dice que el que le da al pobre le hace un préstamo al Señor y así es. Quizá ni siquiera la bendición llegue directamente a ti, pero ¿cuántas veces han tratado a tus hijos generosamente cuando están lejos del hogar? He escuchado comentarios de padres respecto a sus hijos en otros sitios diferentes de casa, como el siguiente: “El Señor puso en su camino verdaderos ángeles. Personas que los suplieron y guiaron”. ¡Esto es bien cierto! Por otro lado, cuando demos algo, démoslo de corazón; no lo que nos sobra, o está roto o podrido, porque Dios ama al dador alegre. Empecemos a ser generosos y recibamos también gozosos las lluvias de bendición con las cuales el Señor retribuye al dadivoso.

Un abrazo y bendiciones.

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