domingo, 6 de junio de 2010

El Señor espera por tí

Y al cabo del tiempo cuando hayas vivido en medio de todas esas angustias y dolores, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz.
Deuteronomio 4:30.


Lectura diaria: Deuteronomio 4:25-40. Versículo del día: Deuteronomio 4:30.

ENSEÑANZA

En la carrera de la vida, podemos dar tumbos de un lado hacia otro; podemos alejarnos del Señor y ser indiferentes a su Palabra. Nos desviaremos y pecaremos desobedeciendo sus preceptos, pero llegará el momento en que el Espíritu Santo hablará a nuestro corazón y caeremos arrodillados y avergonzados por haber dejado a Aquel que no escatimó ni a su propia vida para darnos salvación. Gracias a Dios que Él no es humano y no guarda rencor, al contrario como dice el verso 31: “Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá”. Gracias a Dios que Él es lento para la ira y grande en amor y fidelidad (Ex. 34:6). Gracias, porque nada ni nadie nos podrá separar de su amor que es Cristo Jesús, Señor nuestro (Ro. 8:39). Gracias a Dios porque en nuestra debilidad, el Espíritu acude a ayudarnos (Ro. 8:26). Si te has alejado del Señor por una u otra razón, es hora de volver los ojos hacia Él. “Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra. Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tu descendencia te irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre” (vv. 39-40). Recuerda que si confesamos los pecados, Dios es fiel y justo, nos los perdonará y limpiará de toda maldad (1 Jn. 1:9). En tus manos está el seguir arrastrándote por el barro o el querer estar limpio y resplandeciente, nuevamente por los caminos del Señor. ¡No desaproveches esta oportunidad!

Un abrazo y bendiciones.

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